Un año de viaje nómada

Hace un año empezaba la aventura de este blog… un mosaico de emociones en el corazón mas profundo del continente americano. Hemos interiorizado un mundo mágico, a veces tan visceral de parecernos demasiado duro. Desde Estados Unidos, cuña pensante y contradictoria del mundo moderno, hemos aprendido a poner de un lado los prejuicios y sustituirlos con mucha curiosidad. El México nos ha donado la felicidad del viaje, los espacios inmensos y la belleza de la natura, pero también la inestancable resistencia de un pueblo seducido y luego abandonado. Guatemala, estupendo y conmovedor, terreno fértil del mundo Maya, la búsqueda de un futuro mejor, a la cual nos unimos a través de nuestra cooperación como voluntarios. Colombia, un país ilimitado y magnifico, tanto salvaje de esconderse a cualquiera mirada; la sorpresa de un fermento electrizador. El Ecuador, un condensado de latinoamerica, una natura exuberante y un pueblo acogedor: el encuentro con la selva amazónica y sus gentes, la eterna lucha contra la explotación sin reglas de los recursos naturales. El Perú con sus bellezas arqueológicas, en la desconocida región andina septentrional; el espectáculo de la «Suiza Peruana», Huaraz y la Cordillera Blanca. Ahora que nos quedamos dormidos encima del ultimo día, nos sonríe un mosaico de caras y miradas, la importancia que tuvieron y tendrán en nuestra vida, la promesa de encontrarnos de nuevo, un día…

Mosaico de un viaje nómada: de Estados Unidos a Perú, México Guatemala Colombia Ecuador

Lima y Manual del Pendejo

La ultima semana americana, una otra vez y tanto breve de parecer ya terminada: el viaje en el Perú, fantástico pero quizás vivido menos intensamente de las experiencias en los otros países latinoamericanos. Llegando desde la desnuda costa del Océano Pacifico, Lima se parece a un enorme y polvorienta franja de desierto, a primera vista poco atractiva y acogedora. El trafico congestiona la metrópoli reduciendo el centro histórico (en cerca de Plaza de Armas) a un embudo de smog, nada de romántico. La gente grita para vender mercancías de cualquier tipo, desde la comida a los objectos mas inusuales. Un viejo nos enseña el producto con lo que dice «me gano la vida«, el Manual del Pendejo, mejor dicho sueños a tiempo ya caducados y agua santa… la vida en América Latina nunca es banal ni dulce, reclama solo mucha, demasiada fantasía.

Moche, mascara de oro arqueología pre-colombiana Lima Perú

El museo Yuyanapaq. Para recordar (en memoria de los veinte años de la guerra civil, 1980-2000), recuerda con un intenso recorrido audio-visual el horror del genocidio sufrido por el pueblo andino y el periodo quizás mas trágico de la historia peruana, una temporada de oposiciones ideológicas que llevaron una ola de terror en el país. Come siempre, los que pagaron el precio mas trágico de esta guerra fueron los pueblos indígenas, particularmente en la región de Ayacucho. Aplastado por una espiral de violencia y actos terroristas, el país perdió su consciencia y suspendió su propria historia.

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Ultimos chamanes de la Amazonia

Sarita y Carlito nos guían en esta experiencia y nos enseñan el lenguaje de un mundo tan lejano de nosotros, las llaves para comprender y respetar la selva. Dibujan en nuestras mentes los símbolos de la naturaleza: la anaconda (amaru), la boa, el sangre de drago (una resina medicinal), las mariposas, las hierbas curativas utilizadas por las comunidades y por los chamanes. La ayahuasca (palabra en idioma quechua que significa «liana de los espíritus») o yagé, es una infusión con efecto alucinógeno de tradición milenaria, sagrada por los pueblos indígenas y nativos amazónicos. La ayahuasca es preparada por los chamanes o curanderos y tomada en forma de brebaje durante la noche, como instrumento para expandir la mente y la percepción de la naturaleza. En la región del Napo, en Ecuador, es conocida con tres nombres diferentes:

  • Ayahuasca de las Mujeres, visiones de flores coloridos.
  • Ayahuasca de los Hombres, visiones de boas.
  • Ayahuasca de los Fantasmas, visiones de espíritus.

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Comunidad indígena de la Amazonia

Sinchi Sacha significa «selva poderosa» en el idioma indígena Kichwa. Carlito, nuestra joven guía, conoce cada centímetro cuadrado de su mundo, la selva; golpeando enérgicamente con su machete abre un camino que recuerda de memoria, sigue las «vías de los cantos» dejadas por sus antepasados. Mientras escuchamos fascinados la lección sobre los animales, los arboles, las hierbas medicinales, cruzamos ríos de agua cristalina, bosques de lianas, mariposarios (piedras húmedas donde descansan las mariposas tropicales) y llegamos a fabulosas cascadas rodeadas por la jungla mas exuberante. Después de muchas horas de camino estamos totalmente desorientados: los intensos colores de las flores, las infinitas tonalidades de verde, los aullidos de los animales, el sonido de la lluvia que cae sobre las hojas en su desesperada búsqueda de la madre tierra, el olor de la humedad que cada paso se hace mas profundo y salvaje… una explosión de emociones que toman forma y se disuelven en la paleta de un pintor, en la sinfonía de un único artista: la natura en toda su poderosa creatividad.

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Hacia Ecuador, adios Colombia

Profundos cañones escavan heridas incurables en la dorsal andina y señalan la frontera entre Colombia y Ecuador: llegamos a Ipiales siguiendo la carretera Panamericana de Popayan hacia Pasto. Saludamos entonces la Colombia, un país grande y maravillosamente salvaje, triste y loco, feliz y ladrón… la Colombia, un corazón latinoamericano que quizás exporta un poco de miedo y que, desgraciadamente, mas de cualquier otro estado andino, casi supo destruir su mas precioso tesoro, la sabiduría de los pueblos indígenas, asfixiando sus culturas en una lógica de inútil oposición. La Colombia que condensa toda su seductora fascinación en la novela Cien Años de Soledad, nacida del genio colombiano, Gabriél García Marquéz.

«Bienvenidos al Ecuador», nos advierte el enorme cartel: otro desafío y muchos proyectos para realizar, el sueño cada vez mas cercano de descubrir la Amazonia. Tantos meses viajando y llegamos a la mitad del mundo: un pie al norte y uno al sur, o viceversa, divididos por la linea del ecuador.

Páramo significa ecosistema andino de altura

Sonrisas de Guatemala

Un mes inolvidable se concluye: el voluntariado, maya pedal, la casa ACAM, las sonrisas de las personas que nos acompañaron a lo largo de este recorrido… vimos nacer niños y esperanzas , sembramos amistades y colaboraciones que esperamos nos darán buenos frutos en el futuro. Ahora el viaje nómada retoma su confusa trayectoria, unos días todavía en la maravillosa tierra de Guatemala, luego muchas sorpresas llegarán…

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Comadronas para comadronas

El trabajo de la comadrona (partera) en el altiplano guatemalteco, como en muchos otros lugares del mundo, es una vocación transmitida de madre a hija. Una sabiduría oral, fruto de experiencias que se pierden en el pasado. El nacimiento de la casa del parto ACAM ha representado una novedad decisiva en la vida de las parteras tradicionales de Concepción Chiquirichapa, dejandoles realizar un sueño: tener un lugar acogedor, limpio y con los instrumentos esenciales para asistir los partos en autonomía total. De hecho en la casa no colaboran médicos y los partos siguen los ritmos impartidos por la natura. La mujer confía en los conocimientos de la comadrona la cual, ademas que consejos prácticos, recurre a infusos de hierbas curativas, como quiere la tradición maya Mam, para favorecer el curso positivo del trabajo de parto. El momento del nacimiento llega con extrema tranquilidad: la mujer, vistiendo su traje típico, da a la luz en una cama sencilla, rodeada por los parientes mas cercanos y libre de hablar sobre sus sensaciones en el idioma nativo, confiando en la total comprensión de la comadrona. El nacimiento del niño se celebra con unos gestos propiciatorios: el nuevo llegado, antes de recibir el pecho de su madre, saborea sal y chile en pequeñas cantidades, como auspicio de una vida llena de gusto y satisfacciones; ademas recibe en la manita una moneda, signo de prosperidad. Una hora después del parto, la madre ingresa a una pequeña cama para hacer un baño termal, en la tradición Mam llamado Chuj (Temascal), donde el calor húmedo se crea echando agua sobre piedras calientes. La comadrona se preocupa de limpiar la mujer con jabones naturales y curarle la piel con hierbas especiales. Se dice que el Temascal, ademas de poseer una función purificatoria, tenga propriedades cicatrizales de las heridas del parto y favorezca la producción de leche materna. Antes que la familia del bebé regrese a su propria casa, las comadronas cocinan un almuerzo a base de sopa con verduras, hierbas (ricas en hierro y vitaminas) y Atol (bebida a base de maíz), aprovechando de la ocasión para discutir y bromear sobre el nacimiento del niño.

Vivir con las comadronas ha sido una experiencia de participación total de los ritmos sencillos y auténticos que se respiran en el centro ACAM: las jornadas, predominantemente dedicadas a la cocina, limpieza y a las charlas, han sido enriquecidas por unos inolvidables partos.

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Casa ACAM, una historia de esperanza

El viento gélido del norte hace chispear las estrellas y temblar los vidrios de las fenestras mientras que nosotros, calentados gracias al fuego, escuchamos a Arturo que nos cuenta la historia de su increíble vida con Teresa, la directora de la «casa ACAM» (Asociación Comadronas Area Mam) y del proyecto que todavía los ve dedicados anima y cuerpo al fin de mejorar la condición de las mujeres y los niños de Concepción Chiquirichapa (en los alrededores de Quetzaltenango, Xela, región norte-occidental de Guatemala)… Al comienzo el hombre era maíz mejor dicho, en la cosmovisión maya, un ser que constantemente buscaba el equilibrio con las otras formas de vida, respetando las reglas impartidas por la Madre Tierra. Los profundos conocimientos de los antepasados Maya en materia científica, los llevaron a edificar una sociedad basada en un progreso que hoy día definiríamos sostenible, en el pleno respeto de los ritmos de la natura. Fue esa misma predisposición de los pueblos Maya a compartir cada recurso humildemente pedido a la Madre Tierra que los condujo a la desgracia, cuando fueron obligados por los europeos a seguir un modelo radicalmente diferente. Comenzó una fase tristemente conocida de marginación y persecución que, en Guatemala, culminó en los trágicos treinta años de la guerra civil (1970-1996): un sistema de poderes corruptos, la riqueza de los grandes propietarios terreros y la impunidad de la cual gozaba el ejercito, trajeron el caos y la violencia en el país. Enteros pueblos Maya fueron destruidos y las atrocidades hacia las mujeres y sus niños llegaron a ser la regla, mientras que los hombres (en mayoría campesinos indígena), fueron obligados por las facciones contrapuestas a matar sus propios símiles. Pocas personas pudieron librarse de esta trágica espiral de sangre. Arturo, la esposa y sus hijos empezaron un intenso viaje hacia el norte, después de tres años de resistencia come clandestinos en su misma tierra. Primero se establecieron en México, donde encontraron un ambiente extremamente hostil y de nuevo cayeron en la esclavitud por los latifundistas del café. Llegaron entonces a los Estados Unidos (1984), un país que en los años ochenta se dividía entre aquellos que apoyaban el terror en Guatemala y aquellos que acogían los refugiados en signo de protesta. Arturo y Teresa tuvieron suerte y encontraron una familia que los acogió como hermanos, aunque en las dificultades y con la constante pena de haber dejado su pueblo en la sangre. Desde ese mismo sentimiento, nació su voluntad de denunciar al mundo las atrocidades de la guerra civil guatemalteca y al comienzo de los años noventa, empezaron a viajar por los Estados Unidos informando la opinión publica que, cada vez se hacía mas sensible hacia la cuestión indígena y la situación latinoamericana. Empezaron relaciones de amistad con otros refugiados guatemaltecos y aumentó en ellos la voluntad de ayudar concretamente su país. En 1998, terminada oficialmente la guerra, Arturo y Teresa pudieron regresar al pueblo donde nacieron (Concepción Chiquirichapa), después de un exilio de casi veinte años: encontraron una comunidad en rodillas, muchos de sus amigos masacrados o desaparecidos. Decidieron que, para darle un futuro a su gente, tenían que construir una esperanza para aquellas mujeres y sus niños. Así nació la idea de la casa ACAM, un centro de apoyo a la familia donde las benevolentes comadronas (parteras tradicionales) de la región maya Mam pudieran reunirse y tener un espacio dedicado para la atención al parto. Durante una intensa actividad para pedir ayudas, Arturo encontró nuevamente una entusiástica respuesta en aquella parte de población norteamericana que lo había salvado hace años: gracias a los fondos, empezó la fase de construcción del centro, que culminó con la inauguración en 2004. Hoy la asociación ONG ACAM es una realidad que abre el camino hacia el futuro por la comunidad Mam y ya es un ejemplo de seguir, aunque mucho quede de construir. El entusiasmo de Arturo y Teresa deja sin dudas, ellos llevaran hasta el cumplimiento su lucha por un Guatemala mejor, orgulloso de su pasado y de su tradición Maya.

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Laguna Chicabal

Desde San Martín Chile Verde el camino sube bien señalado, siguiendo una empinada colina. Encontramos los sólitos niños que se van al campo para trabajar, comparten con nosotros unas tímidas sonrisas: cuando llegamos a la explanada de «laguna seca», nuestros caminos se dividen. Seguimos adelante caminando por el empinado cono del Volcán Chicabal, unos rayos de sol penetran desde la exuberante vegetación. La altitud alcanza los 3000 metros quitándonos el respiro, pero cuando finalmente llegamos al mirador del cráter nos quedamos sin palabras. Por un lado, el magnifico complejo de volcanes llamados Santa Maria, Siete Orejas y Santiaguito (somos tan afortunados que podemos observarlo durante una de sus periódicas erupciones explosivas). Mientras al interno del cráter vemos emocionados la Laguna Chicabal, un espejo de agua verde-esmeralda, rodeada por una exuberante jungla de montaña (bosque nuboso). Entendemos porque este lago es considerado el corazón de la cosmovisión maya Mam: es un lugar animado de un natural misticismo, donde se cree residan los «Nahuales», mejor dicho las entidades espirituales que protegen el pueblo maya Mam y dan el tiempo a las actividades de las personas, segundo un calendario lunar. Mas allá de las leyendas, el silencio y la espesa niebla que en la tarda mañana baja hacia la laguna desde las laderas del cráter, crean una atmósfera extremamente enrarecida. Nos disolvimos en nuestros pensamientos…

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