Dreiland-Weg in bicicleta

Un tour en bicicleta emocionante, a partir de Basilea y en un solo día, se puede visitar el Bosque Negro en Alemania y Alsacia en Francia, y luego regresar a Basilea a lo largo de las orillas del Rin. La ruta está bien signada y fácil, ya que la subida nunca es demasiado exigente, pero el kilometraje es de al menos 80 y puede crecer en función de las opciones elegidas por la ruta. El mapa abajo ofrece una ruta de unos 90 km que dura aproximadamente un día pedaleando despacio y detenendose a admirar los numerosos lugares de interés.
Todo comienza en Basilea, en la dirección de Riehen, sede del Museo Fundación Beyeler. El área urbana continúa incluso después de cruzar la frontera con Alemania, pasando por el pueblo de Loerrach. Norte de Loerrach inician varias rutas, incluyendo el Dreiland-Weg. La ciclovia gira directa al bosque negro y atravesa algunos pueblos hermosos y pacíficos (Kandern, Liel, Schliengen, Auggen, Neuenburg), con sus mercados, sus ferrocarriles, sus viñedos soleados. Aquí el Rin se vuelve lento y se llega a la Francia cruzando sobre uno de los puentes para ciclistas.
Se comienza a descender por el Rin hasta Basilea y a descubrir rincones de Alsacia inolvidable: la ciudad industrial cosmopolita de Mulhouse con 1200 casas de la primera colonia francesa de los trabajadores y su legendaria colección de trenes y coches, el Canal du Rhône au Rhin con sus barcos para turistas, la región solitaria de Sundgau con sus estanques para las carpas. Se regreso a lo largo del Canal de Huningue, que confina con la reserva natural de la pequeña Camargue.
La pasarela de los tres países (Suiza, Alemania, Francia) resume un gran viaje, que dibuja un triángulo entre tres estados, con sus paisajes, sus peculiaridades, el bosque y el río, las extraordinarias delicias culinarias, idiomas y dialectos, señales de tráfico y señales de posadas, tractores y campos de maíz, canales y fábricas, las casas de los campesinos con tejados puntiagudos. Un banquete opulento para el paladar, los ojos, las orejas, las pantorrillas y el corazón, un verdadero viaje en el corazón de Europa.

De São Luis do Maranhão a Barreirinhas in bicicleta

Aventura… De São Luis do Maranhão, con una bicicleta de fortuna he seguido el itinerario hacia la maravillosa region de las lagunas del Lençóis Maranhenses, una region hermosa donde cielo, playas y oceano se unen en un unico abrazo. Llegado a Barreirinhas, desgraciadamente la bicicleta se destruye y tengo que regresar a São Luis do Maranhão gracias a unos pasajes de fortuna y a la ayuda de la gente encontrada por la carretera.
A São Luis encuentro nuevamente los amigos de las ultimas noches, estamos activos en la preparación del carnaval, conocimos la ciudad en todos sus secretos y pequeños, estupendos detalles.

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San Lorenzo, protector de los mineros

Desde Antofagasta todos los caminos conducen al corazón del desierto de Atacama, un viaje a un misterioso abismo. La travesía del desierto en autobús, a pie y en parte en bicicleta, nos deja entrar en contacto con una tierra muy seca, un paisaje lunar causado por un sol tropical y sofocante. Sin embargo, incluso aquí pocos hombres valientes pueden vivir, sobre todo porque bajo la tierra estéril se esconde una increíble riqueza del subsuelo. En el camino hay oasis de polvo y coches de los años cincuenta, los pueblos mineros fueron abandonados a su suerte infame, tragados por la arena y el paso del tiempo. Pedro de Valdivia, María Elena, y Quillagua.
La tierra roja esconde, además de los minerales, los incontables cuerpos de los que han venido hasta aquí para morir, unos pocos porque elegidos (la mina de cobre de Chuquicamata es la más grande del mundo), muchos otros por restricción (el régimen de Pinochet envió a estos páramos los disidentes a los trabajo forzoso). Un recuerdo imborrable de estas tragedias son las tumbas de Pisagua. La memoria de estos abusos extendió la devoción a San Lorenzo, considerado por los chilenos como el protector de los mineros y celebrado el 12 de agosto de cada año. El escondió los bienes materiales de la iglesia bajo la tierra para protegerlos de la voracidad del emperador Valeriano. Del mismo modo, los chilenos están luchando para mantener el control sobre sus recursos naturales (oro, plata, níquel, molibdeno, azufre, etc.).
María Elena es un pueblo colgado en el viento, la presencia de fantasmas llena el vacío de una comunidad oculta. Todo desaparece en el calor de la tarde, pero incluso en la noche, cuando el calor afloja su control, la comunidad no se llena de vida. Las renuncias por una vida de privaciones han cubierto con matorrales polvorientos cada casa, cada objeto. Nos detenemos en un patio de recreo donde los cambios han muerto por la herrumbre y el abandono, cruje cada mecanismo, los niños ya han dejado estas diversiones, incluso antes de nacer.

Maria elena chile mineros san lorenzo

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