Caminando a través de las numerosas calles alrededor de Greenwich village, Chelsea y West village, hemos encontrado muchas tiendas extrañas, bares y teatros de música en vivo. Allí, Manhattan muestra su otra cara, olvidándose de su increíble agitación, los edificios se vuelven más bajos y se parecen más antiguos. El tráfico disminuye y los numerosos pequeños parques se llenan de jóvenes jugando a baloncesto. Así es demasiado agradable tomar una cerveza bien fría, pensando debajo de los enormes árboles y siendo observado por las ardillas incansables… Y ya viene un otro ocaso, un sol rojo como nunca. Regresamos a casa siguiendo un sendero al lado de las orillas del río Hudson. Como cualquier otro día, millones de personas pasaron adelante de nuestros ojos, infinitos colores y características. Nueva York es realmente cosmopolita: ¿cuántos emigrantes vinieron a la grande manzana, buscando cualquier clase de sueños?
No mas que una sugerencia para los mochileros en Nueva York con poco dinero (como nosotros!): Mount Royal hostal (W 94o, 351 Manhattan), precio para negociar (pero lo mas barato que hemos encontrado). Este hotel se sitúa en una zona hermosa, cerca del parque central y del subterráneo.