En la península de Yucatan, cada aspecto de la vida de la comunidad resulta influenciado por la cultura Maya. No obstante la masiva presencia del turismo, o quizá gracias a ella, esta característica se muestra repentinamente muy evidente… y lo será cada vez más, viajando hacia Chiapas y Guatemala. La antigua historia de los Mayas se refleja no sólo en las impresionantes ruinas, artesanía, sabrosa cocina, ropa y danzas tradicionales, sino también en las sonrisas y las miradas de la gente que conocemos por la calle, al mismo tiempo curiosas y tímidas. Una historia llena de orgullo y amor por la libertad. La verdad es que después de 500 años de sumisión, la gente Maya se enfrenta en la ocasión de recuperar su dignidad y sentido de ser portador de una cultura increíblemente refinada. Su energía es demostrada por el hecho de que una parte importante de población (y sobre todo muchos jóvenes) todavía habla la lengua indígena. Esa es la mejor condición para garantizar la continuidad socio-cultural del pueblo Maya, no obstante las discriminaciones y los numerosos tentativos de conformación, que todavía no paran.
A veces nos parece que México es orgulloso de su extraordinaria variedad cultural sobre todo para consolidar su atracción turística, pero también que no está listo para aceptar totalmente la ética de la igualdad.