Guaymas y Bahía de San Carlos

Un corto viaje en autobús nos ha dejado finalmente lejos de nuestra ciudad fantasma preferida, en la costa del Océano Pacífico. Decidimos parar en la ciudad portuaria de Guaymas, donde nos estaba esperando un sol caliente y el mismo paisaje desértico de siempre (por lo menos hablando del Norte de México)… pronto hemos trasladado desde nuestro hospedaje a la playa: la aldea de San Carlos, dominada por dos picos gemelos sobre el océano, era nuestra meta a partir de muchos días. Con toda honestidad no es un paraíso, pero por lo menos un lugar tranquilo y agradable, donde hermosas playas de arena y guijarros son tocadas por una mar calma, caliente y color esmeralda. El lugar ideal para nadar, momentos antes de la puesta del sol, cuando también las familias mexicanas se mueven desde sus hogares al malecón y las playas. Aquí el deporte nacional parece lo de tener pantalones y camisetas hasta en el agua, obviamente con una cerveza fría (la eterna Tecate) al alcance de la mano.

Bahía de San Carlos Sonora México América Latina

Adiós Hermosillo

No era nada especial, pero Hermosillo se ha convertido en el lugar en donde hemos pasado el tiempo más largo, hasta ahora. Absolutamente una prisión donde alternar momentos felices, tristes y aburridos, en una mezcla típica latinoamericana. Conocimos a mucha gente del lugar, nada de turistas y pudimos entrar mas en nuestra nueva vida mexicana… tanto que ahora estamos definitivamente listos para hacer los nómadas, una vez más. Sonreiremos pensando de los 50 grados de los primeros días y de las inundaciones finales. Mientras tanto, la super salada carne asada, los jugos y batidos de nuestros amigos (restaurante «La Resaca», preguntar a la gente local acerca de ello) y la información totalmente no fiable que recibimos por la gente en las calles. Decimos adiós a los cactos, necesitamos bosques verdes para respirar otra vez.

Hermosillo Mexico viaje hacia el desierto

Hermosillo, México

¡Misión cumplida! Pues como el periódico local escribe hoy, hemos traído el agua hasta el desierto:»¡Tormentón! Una lluvia extraordinaria de setenta milímetros en la capital de Sonora, Hermosillo. Desde hace cuatro años no caía una precipitación tan fuerte». Viniendo las nubes desde Nuevo México, como nosotros mismos, probablemente nos siguieron, debemos admitirlo… ahora todavía está lloviendo y mucha gente nos agradece por las calles. Como las dos semanas pasadas, estamos todavía en el corazón norteño de México, para recoger noticias e informaciones antes de continuar nuestro viaje nómada hacia el sur, en los próximos días.

Hermosillo Sonora México America Latina

Bahia de Kino

En la Bahia de Kino encontramos un maravilloso atardecer, pero desgraciadamente no mucho mas. Todo acá es calor, desierto y sequía… El lugar natural para el desarrollo de una de las culturas mas interesantes de toda América: los Seris, indígenas que aun poblan la costa al Norte del estado Mexicano de Sonora, nómadas del desierto y artesanos del mar.

Bahía de Kino Baja California Sonora México América Latina

Un muro, la ultima frontera de Latinoamerica

Estamos experimentando un mundo cada vez más vivaz y coloreado. Viajando a lo largo de la frontera, un lugar solitario pero fascinante en donde observamos las dunas del desierto, cactus y las colinas soñolientas, percibimos una alta tensión. Cada noche mucha gente que viene de América Latina y de China intenta cruzar la frontera como clandestino. Muchísimas pequeñas ciudades de frontera han nacido a lo largo de la frontera mexicana en los últimos años, para recibir en lugares cada vez mas lejanos a los que desean intentar esa hazaña. Durante el viaje encontremos muchas barricadas y nuestros documentos y equipajes han sido comprobados en varias ocasiones. Todo esto podría desaparecer cuando un muro divisorio, que está en construcción en la frontera entre Estados Unidos y México, será acabado. Dividirá dos mundos, que probablemente no necesitan este adicional factor de tensión.

Lleguemos en Hermosillo (Estado de Sonora) antes de la salida del sol, pero después del amanecer, la temperatura se levantó muy rápido: 35, 45, quizá 50°C. Llegó a ser imposible hacer cualquier cosa. Durante la noche, cuando la temperatura finalmente bajó lo suficiente, salimos a echar un vistazo: como esperábamos conocimos a un viejo hombre agradable, que nos dio las direcciones para alcanzar nuestra siguiente destinación, el Océano Pacífico.

Frontera USA-México bandera clandestinos muro

Ciudad Juarez, México

Todo lo que hicimos y vimos en casi dos meses de viaje nómada, ha sido borrado en un solo día: es imposible entender el enorme cambio que estamos experimentando, sin estar aquí… y acabamos de cruzar un pequeño puente sobre un río sin agua. Ésta es la frontera entre Estados Unidos y México, entre el norte y el sur, entre el orden y el desorden natural, entre una cabeza que siempre desea mandar y un cuerpo que apenas intenta a parar de obedecer. Nos encontramos en un mundo repentinamente coloreado, vivaz, frenético. Calles llenas de comida (frutas, verduras, carnes, especias, burritos, tortillas de maíz, guacamole y que mas) y mercancías, música por todas partes, autobuses de hace 50 años, pero sobre todo gente, mucha gente. Hombres jóvenes, ancianos y niños, gente que viene y gente que escapa. Un poco de tristeza… ¡Por fin, estamos en América latina!

Estrellita de Ciudad Juarez México frontera Estados Unidos Latín América

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