De vuelta en João Pessoa, la tierra que un día fue de los nativos Potiguara y ahora el cruce del noreste, el punto más al este del continente americano, verde, joven, sacudida por los ritmos del frevo y del axé.
Ahora todos somos amigos, y participamos juntos al bloco Virgens de Tambaú, otro tema de carnaval de la calle de este viaje sin fin en Brasil. La fiesta nunca se acaba y las personas se desplazan a las playas de Jacumá.
El cielo comienza a teñirse de una inesperada madrugada cuando saludo a los amigos y cansado espero al autobús que me lleva de vuelta en Salvador de Bahia: a João Pessoa va un pensamiento lleno de sonrisas y algunas lágrimas, la saudade…