Después de varios días de aventuras y emociones, llego finalmente a Jericoacoara en el estado de Ceará, para verificar si es de hecho la más bella playa de Brasil. Encuentro a un amigo artesano que me acoge en su cabaña con vista al mar y con una hamaca personal… que beleza!
Al día siguiente nos vamos con otros amigos para explorar la zona y descubrir rincones secretos de este vasto ecosistema generado por la acción del viento y del océano, donde las playas blancas de arena se alternan a colinas y árboles de coco.