El viaje en minibús (colectivo) sube con una inclinación exagerada a partir de 2.300 metros sobre el nivel del mar de Abancay hasta más de 4.000 metros y finalmente descender de nuevo. La ruta pasa por el departamento de Apurímac, uno de los más aislados y salvaje en Perú. Llegamos a Andahuaylas en la noche. El largo viaje está animado por la música y el contacto humano que se crea en el minibús, lleno de personas, cosas y animales hasta rebosar. Cerca de mí estan un chico llamado Anibal y su joven madre.
El paisaje es precioso, y los campos de alfalfa y de maíz dan paso a pequeños pueblos de casas de adobe, unas cuantas cabezas de ganado, donde el hombre ha endulzado sabiamente los lados fértiles pero escarpados de las montañas. La gente es muy acogedora.